Apuestas online: los jóvenes lo hacen por curiosidad
Profesionales de Salud Estudiantil de la Universidad Nacional de Cuyo realizó un estudio relacionado con los estudiantes universitarios y su relación con las apuestas online.
El equipo de investigación realizó una encuesta entre 1045 estudiantes de grado y posgrado de la UNCUYO. El relevamiento fue de carácter voluntario y anónimo; y el objetivo fue indagar las variables psicológicas y sociales asociadas a las conductas vinculadas a los juegos en línea.
El estudio contempló la participación de estudiantes de todas las áreas académicas de la universidad, abarcando tanto pregrado como grado. Los investigadores destacaron que el comportamiento respecto al juego no mostró diferencias significativas según zona de residencia o condición laboral, lo que indica que el fenómeno atraviesa de forma similar a diversos perfiles estudiantiles.
En cuanto a las prácticas de juego, se observó que más del 87% de los encuestados nunca ha participado en apuestas. Sin embargo, entre quienes sí lo hicieron alguna vez en el último año, las razones más frecuentes fueron la diversión y la curiosidad, seguidas por influencias del entorno o la aparición de estímulos en plataformas digitales. Solo un pequeño porcentaje (alrededor del 0,2%) afirmó jugar de manera frecuente, entre tres y cuatro veces por semana, y los tipos de apuestas más comunes fueron los casinos online, el bingo y las apuestas deportivas, todos en entornos virtuales.
Uno de los aspectos más destacados del estudio es que el dinero no figura como el principal incentivo para jugar. En cambio, las motivaciones están más vinculadas a estados emocionales, como la búsqueda de nuevas experiencias, el deseo de evasión ante problemas personales o la necesidad de aliviar preocupaciones. El 11% reconoció haber jugado para mitigar el malestar emocional, y el 10,5% lo hizo para evadir problemas personales.
Los investigadores subrayaron que estas conductas deben interpretarse en el marco de la salud mental de los jóvenes y que, si bien los consumos problemáticos asociados al juego no son una preocupación central en la agenda de salud universitaria, su abordaje resulta fundamental en el contexto de una sociedad cada vez más digitalizada.